Trastorno distímico: causas y síntomas

El trastorno distímico consiste en una alteración en el estado anímico de la persona, en la imagen que tiene de sí misma y de su entorno circundante. Representa un cuadro depresivo leve, pero persistente y constante en el tiempo, convirtiéndolo en un padecimiento crónico.

Trastorno distímico

A pesar, de poseer características parecidas a la de la depresión mayor, su nivel de intensidad es menor.

Distimia, es un vocablo que proviene del griego dys que significa anormal y thymós que significa humor. En el año 1970, James Kocsis, profesor de Psiquiatría de la Universidad de Cornell, lo adaptó para la condición y luego de una década fue reconocido como un trastorno psicológico, por la Asociación Americana de Psiquiatría.

Distimia y personalidad depresiva

Cuando la manifestación de la distimia se da en la edad temprana, llega a confundirse con “personalidad depresiva”, sin embargo, son dos condiciones diferentes.

Al tener la personalidad depresiva y el trastorno distímico síntomas o características similares, quien la padece no siempre está claro de su condición. Por lo que acepta los síntomas como parte de su personalidad y no acude a recibir ayuda profesional.

Una de las características de este trastorno es su permanencia en el tiempo, lo que lo convierte en un padecimiento crónico. Sus síntomas suelen mantenerse de forma estable, en algunos casos variando su intensidad, más no su permanencia.

Pueden darse casos donde por lapsos muy puntuales desaparecen los síntomas, pero por lo general, esto no sobrepasa los dos meses continuos.

Por esta razón, para su diagnóstico se toma en cuenta un período de dos años con síntomas constantes, en el caso de adultos y en los niños por un año continuo.

Al igual que en la depresión, quien padece trastorno distímico experimenta constantemente y por tiempo prolongado, un desánimo generalizado, el cual puede alterar de manera significativa los distintos aspectos de su vida.

El trastorno distímico por ser una condición crónica, suele disminuir la calidad de vida de quien lo padece. Llegando a tal punto, que los síntomas siguen avanzando y que la condición del paciente empeore.

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Síntomas del trastorno distímico

Los síntomas de la distimia, son muy similares a la depresión. Incluso, el trastorno distímico es considerado un cuadro crónico de depresión.

Una persona que sufra de trastorno distímico, por lo general, no siente interés por su día a día. Le embarga un sentimiento de desesperanza y una baja autoestima.

Es una condición, que, de no ser tratada, puede comprometer la vida cotidiana de quien la sufre, afectando su trabajo y relaciones en general.

Los síntomas se pueden reunir en cuatro grandes grupos:

  • Emocionales: Quien padece trastorno distímico tiene a perder la motivación para realizar las tareas diarias, incluso llegando al punto de sentirse agobiado por su propia cotidianidad.
  • Conductuales: Su falta de interés lo hace propenso a preferir estar solo.
  • Cognitivos: La alteración de la percepción de su imagen propia y del entorno que le rodea lo hace ver todo bajo una óptica negativa, pesimista, manteniéndolo en un estado crónico de tristeza.
  • Somáticos: La falta de energía, los problemas de sueño y apetito, lo mantienen en un estado de malestar generalizado.
Trastorno distímico

De acuerdo con esto, los síntomas del trastorno distímico son:

  • Baja autoestima
  • Falta de interés en sus actividades cotidianas o rutinarias
  • Extraña sensación de vacío
  • Pesimismo, desesperanza
  • Tristeza constante
  • Fatiga o cansancio extremo
  • Falta de energía
  • No consigue concentrarse
  • Irritable
  • Improductividad
  • Alteraciones con el apetito, bien sea aumento o disminución
  • Bajo rendimiento, tanto físico como intelectual
  • Aislamiento social
  • Insomnio
  • Cuestionamiento por hechos pasados, sentimiento de culpa

Es muy importante reconocer estos síntomas, además del diagnóstico oportuno de esta condición, ya que, al ser un trastorno crónico, resulta muy complicado para muchos pacientes, entender y sobrellevar los síntomas sin la debida ayuda profesional correspondiente.

¿Qué causa el trastorno distímico?

Como todo trastorno psicológico, al distímico no se le puede atribuir una causa “como única”, sino más bien, a la combinación de varios factores. Entre estos se puede considerar:

  • Predisposición genética, herencia: El factor hereditario hace mayor la ocurrencia del trastorno distímico. Si se tiene un familiar en línea directo con este trastorno, la posibilidad de padecer el mismo trastorno es de dos a tres veces mayor. Incluso, se ha relacionado el trastorno distímico con la presencia de genes específicos.
  • Traumas vividos: El enfrentarse a eventos traumáticos que causen gran impacto, puede causar distimia en algunas personas.
  • Enfermedades crónicas: Se estima que más del setenta y cinco por ciento de las personas con trastorno distímico, sufren alguna otra enfermedad crónica.
  • Bioquímica-química cerebral: Existen unas sustancias naturales del cerebro, conocidas como neurotransmisores. Hay estudios que señalan que las alteraciones en la función y el efecto de estas sustancias, además de su interacción con los neurocircuitos son los que mantienen la estabilidad emocional.

Por lo tanto, cualquier cambio puede causar depresión, pero también colaborar en su tratamiento. Quienes padecen de trastorno distímico, experimentan niveles más bajos de neurotransmisores, tales como: Serotonina, dopamina y norepinefrina. Esto produce alteraciones en ciertas funciones metabólicas reguladas por ellos.

  • Estructuras cerebrales: Estudios han demostrado que, en las personas con trastorno distímico, algunas zonas cerebrales funcionan de manera diferente, incluso, tienen forma y volumen distintos al de una persona sin dicha condición.
  • Problemas de crianza:  La forma de relacionarnos en nuestra infancia con nuestros cuidadores, marcan y definen nuestra personalidad, especialmente la forma de relacionarnos, expresarnos y percibir la vida. Estas carencias pueden hacer más propensa a la persona a sufrir de trastornos depresivos.
  • Características personales: Características o condiciones personales nos hacen particularmente más propensos a desarrollar un trastorno distímico: Una baja autoestima, la poca tolerancia a las críticas, la hipersensibilidad, el pesimismo.

Una persona que se deja fácilmente vencer por las adversidades de la vida y que tiende a observar todo desde una perspectiva negativa, tiene un mayor riesgo de llegar a padecer de trastorno distímico.

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¿Es previsible el trastorno distímico?

El trastorno distímico generalmente se desarrolla en la etapa de la niñez o de la adolescencia, pero antes de los 21 años. No obstante, se han documentado casos en los que dicho trastorno ha surgido en la adultez del individuo.

Hasta ahora, no existe forma alguna que asegure cabalmente la prevención de la distimia.

Sin embargo, una vez aparezcan los síntomas, puede controlarse el avance del trastorno, desarrollando actividades que permitan: 

  • Manejar el estrés
  • Aumentar la autoestima

Además de contar y recibir:

  • Apoyo de familiares y amigos, especialmente en las crisis
  • Asistencia profesional, tanto en los inicios de la condición para evitar el avance, como en lo sucesivo, para evitar recaídas a futuro.

Claro está, como individuos independientes que somos, no a todas las personas, le afectarán los mismos o todos los síntomas, ni en la misma medida.

Diferencias entre trastorno distímico y depresión

Aunque ambos son alteraciones del estado de ánimo, y llegan a confundirse por la similitud de sus síntomas, el trastorno distímico y la depresión son dos trastornos diferentes.

La depresión mayor, por su parte, es un trastorno que discapacita a quien la padece. Para quien sufre de depresión, levantarse de la cama implica un desafío colosal. Experimenta cada día una batalla en cada actividad que debe realizar, por lo que, en muchos casos, la depresión termina incapacitando a la persona.

En el caso del trastorno distímico, la persona experimenta una falta de energía y motivación que interfiere en su día a día, pero no llegando a impedirle cumplir con sus actividades.

Otro aspecto considerar es la persistencia de los síntomas. En los casos de depresión, los síntomas deben permanecer durante al menos dos semanas, mientras que en el trastorno distímico los síntomas deben haberse mantenido de forma constante al menos por dos años.

La aparición de ambos trastornos: La depresión puede aparecer de forma intempestiva, producto de algún evento o detonante. El trastorno distímico tiene una aparición engañosa, aumentando de forma progresiva y constante, con el pasar del tiempo.

A pesar de ser trastornos diferentes, se han dado casos donde ambos llegan a ser experimentados por una misma persona: Una persona con trastorno distímico puede llegar a experimentar una depresión mayor.

Incluso, se cree que más de un sesenta por ciento de personas con trastorno distímico, pueden sufrir una crisis de depresión mayor en algún momento.

Esta situación haría que el paciente, además de la tristeza y apatía, típicas del trastorno distímico, también se encuentre intensamente melancólico y pierda el interés por actividades que puedan considerarse como placenteras. Además de trastornos del sueño, de apetito, baja autoestima y un sentimiento de incapacidad de cumplir con sus responsabilidades.

¿Cómo se diagnostica el trastorno distímico?

El primer paso que debe darse para diagnosticar cualquier patología, es el reconocimiento y aceptación de parte de quien la padece.

Sin embargo, en este tipo de trastornos resulta un poco complicado, que el paciente por sí solo reconozca los síntomas. Esto básicamente por la permanencia de los síntomas, a través del tiempo

El diagnóstico del trastorno distímico se da mediante una evaluación psicológica.

Trastorno distímico

El individuo debe, apenas identifique los síntomas, acudir a su médico de cabecera o si lo prefiere directamente con un profesional de salud mental (psicólogo o psiquiatra), quienes harán el respectivo diagnóstico y darán las pautas a seguir.

Este es un paso un tanto complicado, porque en la mayoría de los casos el paciente tiene toda su vida sufriendo los síntomas del trastorno distímico y no logra considerarlos como alguna patología, sino que lo considera como condición natural de su vida.

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