Lucero Tena: Alma de flamenco y castañuelas. A través de la historia han existido artistas, bailarines, pintores, cantantes… tantos que sería casi imposible hacer un recuento de ellos sin que quede alguien sin mencionar. Al haber tantos, resulta más que complicado ganar un espacio dentro de la industria artística, y más aún dependiendo de la popularidad del arte que se desempeña.
En este problema se encuentran siempre los artistas. Ganar la grandeza no es tarea fácil; requiere muchísimo esfuerzo, dedicación y disciplina, para que quienes conocen el arte puedan reconocer un nombre particular. Imagina entonces, qué tan complicado ha de ser crear una reputación y fama tales que permitan a las personas de todas partes del mundo conocer, recordar, admirar y hasta adorar a una persona que se expresa a través del arte.
Pero esto no ha sido un problema para Lucero Tena. Siendo el mundo de la danza uno de los medios más competitivos y donde es más difícil destacar, Lucero logró abrirse paso entre tantos habilidosos y posicionarse como referente del flamenco en el mundo.
Su nombre es realmente María de la Luz Tena Álvarez, y aunque nació en México, hizo vida en España desde 1958. Se ha caracterizado por ser una bailaora muy expresiva, capaz de transmitir al público sus emociones y pensamientos a través del baile flamenco. Su instrumento, las castañuelas, son su elemento distintivo. Con inigualable maestría, las ha utilizado en su baile desde inicios de su carrera, y ha llegado incluso a dar clases en el Conservatorio de Madrid.
Los inicios de Lucero Tena
Nuestra querida Lucero no empezó su vida de baile como bailaora. Inició con estudios de ballet clásico durante 8 años, y también de danza española; conocimientos que luego utilizó para integrar la compañía de Carmen Amaya, muy importante en el mundo de la danza para el momento. De la mano de Carmen actuó durante mucho tiempo, viajando entre México y Estados Unidos, adquiriendo experiencia y sentando las bases para su posterior éxito.
Al llegar a España, la tierra flamenca por excelencia, trabajó en el tablao El Corral de la Morería de Madrid. Fue contratada para deleitar al público con su excelso talento, y después de esto volvió a su país, para triunfar y hacerse con un lugar en el mundo de las estrellas del flamenco.
En 1961 vuelve a España, siendo reconocida como una de las bailaoras más importantes del momento y distinguida con sus populares castañuelas. De allí en adelante siguió impactando con sus conocimientos y su habilidad con el instrumento, obteniendo así el respeto de las bailaoras del mundo, el cariño y admiración del público.
Uno de los aspectos más importantes que se destacan sobre la carrera artística de una bailaora, es que haya compartido con importantes cantaores del flamenco. Lucero Tena no escapa de ello, pues durante toda su trayectoria tuvo parejas artísticas del nivel de Gabriel Moreno, y guitarristas tan conocidos como Aurelio Garci o Carmelo García, sin olvidar al gran Félix de Utrera.
La importancia de Lucero Tena
Lucero Tena ha construido en su vida un legado artístico hermoso. El mayor de sus logros es haber logrado reunir al más variado de los públicos con sus tacones y sus castañuelas. Pues gente de todo el mundo se reunió durante años para verla bailar; gente de todos los estratos, nacionalidades, preferencias, todos unidos por el amor al arte de Lucero.
Pero esto no es lo que más se destaca de la vida artística de esta increíble bailaora, pues su uso de las castañuelas fue revolucionario. Las castañuelas eran hasta entonces un acompañamiento, si se quiere un adorno, pero no se les daba si quiera la calidad de instrumento, muchas veces. Gracias a Lucero se desarrolló un reconocimiento hacia su valor y se les otorgó la calificación como instrumento de concierto.
Lucero ha sido galardonada en muchas ocasiones. Su baile la hizo merecedora de la Medalla del Círculo de Bellas Artes y hasta el Lazo de Isabel La Católica. Con esto se ilustra un poco la magnitud del talento de esta increíble mujer y lo mucho que impactó, para la época, su uso de las castañuelas y expresividad en su actuar.
Tras dedicar tantos años de su vida a la danza, se retiró como bailaora o se dedicó a ser concertista de castañuelas. Trabajó con varios de los más grandes directores de orquesta de toda España y de países extranjeros. Además grabó varios discos ejecutando las castañuelas, titulados “Lecciones de Castañuelas”, o “el Barroco Español en Castañuelas”, por nombrar algunos, demostrando su debilidad por las piezas clásicas.
Lucero es un ejemplo de talento, constancia y trabajo duro. Es de las grandes del mundo del flamenco, pionera en la ejecución y reconocimiento de las castañuelas como instrumento de orquesta, y merece muchísimo reconocimiento por su arte. Debemos recordar siempre que este tipo de actividades son las que deben perdurar en el tiempo como legado cultural.
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